Novedades Mayo 2022 – Bodegas Roda




BODEGAS RODA, PAISAJE DE LA RIOJA

Fue en 1987 cuando Mario Rotlllant y Carmen Daurella llegaron a La Rioja decididos a llevar adelante su sueño: fundar su propia bodega. Contaban con experiencia en el mundo del vino y con los contactos más importantes del sector. Contagiaron su entusiasmo a un equipo que se convertiría en los pilares del proyecto: Agustín Santolaya, que tomaría las riendas; Isidro Palacios, que asumiría el cuidado de los viñedos, y Carlos Díez, responsable de la enología y la bodega. Eligieron Haro, la cuna del Rioja, para empezar a trabajar. Se instalaron en el barrio de la Estación, en un balcón que se asoma a uno de los meandros del río Ebro, y construyeron una bodega incomparable, entre la tradición de los calados excavados profundamente en la roca y la tecnología más vanguardista. Encontrar las viñas adecuadas requirió largos meses de análisis, de estudiar diferentes suelos y su paisaje. 

Eligieron distintas zonas de viñedos con características comunes: cepas viejas enraizadas en tierras pobres y con gran vocación vitícola, capaces de dar, todas ellas y por separado, grandes vinos. El Ebro serpentea a los pies de los viñedos de RODA, los Montes Obarenes están al frente y, la Sierra de Cantabria, al saliente. Estos tres elementos naturales protagonizan el juego climático de la zona y ofrecen tres climas diferentes para los mismos viñedos: continental, atlántico y mediterráneo. Esta variedad, junto a las diferentes exposiciones de los cerros, se convierte en uno de los factores que determina el carácter de RODA. 

En la actualidad la bodega elabora 4 vinos:

SELA 2019, dos décadas después de las primeras plantaciones, las viñas “jóvenes” se hicieron adultas y capaces de transmitir el carácter de su paisaje. RODA pensó que, con algunos de estos viñedos, se podría elaborar un vino para las ocasiones en las que se busca algo más asequible. El resultado es un vino muy agradable de beber, enmarcado en la gama de las frutas frescas del tempranillo de la zona de Haro, de buen cuerpo, con crianza más corta, en barricas de roble francés de primera calidad, seminuevas, y con el sello inconfundible de la elegancia y la finura de taninos de RODA. Es un vino joven y grande. Con mayor estructura de lo que es habitual en SELA. Se aprecia la enorme añada que fue la 2019.

RODA RESERVA 2018, se elabora con Tempranillo y una combinación de Garnacha y Graciano. Predomina la fruta roja con la expresión de los aromas presentes en el borde de la copa.  Con un volumen medio que llena la boca. El tanino está pulido y el tacto es muy agradable. Tiene un carácter frutal del perfil de las frutas rojas, entre las que sobresale la cereza. Es largo y fresco y aparecen detalles florales entre las notas especiadas. Tiene amplitud y ligereza al mismo tiempo. Se nota la influencia de la añada 2018, un año fresco de perfil antiguo, con lluvia y frío que dio vinos de menor volumen y mayor frescura.

RODA I RESERVA 2017 se elabora con la variedad Tempranillo, y un pequeño aporte de Graciano y Garnacha. La fruta negra, honda, casi siempre dominada por la ciruela, acompañada de notas minerales, chocolate, sensaciones balsámicas, forman un todo que va fluyendo lentamente desde lo más profundo de la copa hasta hacerse enormes en nariz. En boca, el volumen se hace patente, la complejidad frutal envuelve suavemente el espacio bucal notándose los taninos abundantes y fundidos. El vino se alarga marcando el recuerdo por vía retronasal cada vez que se respira. Perdura una sensación de fruta y de frescura que invita a continuar bebiéndolo. 

CIRSION 2017 debe su nombre al latín Cirsium y al griego Kirsion, el cardo, emblema de la bodega. Es el vino más alto de la gama RODA y también el que realiza una crianza más corta. Se elabora exclusivamente con Tempranillo y su proceso de elaboración es secreto. El resultado es un vino de un profundo color negro púrpura, su aroma se despliega en sucesivas capas, fruta muy negra, tierra húmeda, violetas, chocolate y menta, eucalipto, humo… En boca, su volumen es enorme sorprendiendo cómo se puede conjugar tanta estructura con tanta suavidad. Avalancha de aromas y sabores que perduran acariciando el paladar y volviendo a la nariz por la vía retronasal.